La productividad de nuestra granja está en el rango de medio a bajo, y con frecuencia terminamos produciendo cultivos subóptimos o incorrectos. Nuestros agricultores tienen un conocimiento muy limitado de las prácticas científicas modernas. Muchos de ellos se comportan de una manera tradicional.
Por ejemplo, el yute se cultiva en lugares de la periferia de Calcuta, donde el cultivo de hortalizas para el mercado urbano sería más gratificante. Somos un país estresado por el agua, pero cultivamos arroz basmati para la exportación. Subvencionamos el cultivo y la molienda de la caña de azúcar, mientras que tenemos el mayor número de pacientes diabéticos en el mundo.
Nuestro Ministerio de Agricultura todavía habla solo de granos alimenticios básicos, mientras que el patrón de consumo muestra un uso cada vez mayor de productos lácteos, huevos, pescado, aves, carnes y frutas. Estas personas viven en tiempos pasados.