Sí, si no va a comerlo pronto, debe refrigerarse y cubrirse, así como manipularse de manera higiénica (solo con manos limpias, utensilios limpios) para mantenerlo en mejores condiciones para comer más tarde.
La fruta no se echará a perder inmediatamente (estará bien para mantenerla fuera del refrigerador durante varias horas), pero se va a echar a perder mucho más rápido después de que se ha cortado, por lo que no debe almacenarse a temperatura ambiente. Cubrirlo mantiene a los insectos alejados de él: los insectos pueden transmitir enfermedades y también poner huevos en los alimentos, por lo que debe mantenerlos alejados de todo lo que comerá. Usar solo manos limpias y utensilios limpios al tocar frutas cortadas ayuda a prevenir la propagación de enfermedades.
La piel intacta de la fruta actúa como una barrera que protege del medio ambiente, los insectos, la luz, las bacterias, el moho, etc. Al abrirla se elimina esa barrera protectora, por lo que la fruta se estropea más rápidamente si está magullada, manchada, pelada o cortada.
Además de la refrigeración, algunas frutas también se beneficiarán de ser mojadas o espolvoreadas con un poco de jugo de limón o ácido cítrico diluido en agua para reducir la decoloración (manzanas, peras, plátanos, melocotones).