Solía enfrentar el mismo problema.
Pero ahora, la mayoría de las veces cocino solo y como con mis amigos. Esto me permite comunicarme en un nivel completo, donde antes no tenía. De alguna manera, con la comida que cociné para mí, compartirla o presentarme les permitió entrar en un cierto círculo de privacidad y comodidad.
Esto hizo que mis relaciones con mis amigos fueran mucho más cercanas e íntimas (no me malinterpreten).
Y no perderíamos tanto tiempo comiendo, porque con el paso del tiempo aprendemos cuándo parar.
Pero eso es una ventaja de vivir en un albergue.