Es tóxico y dice que alrededor de 30 a 90 gramos de hígado es suficiente para matar a un humano.
Los exploradores occidentales aprendieron sobre la toxicidad de la manera difícil. Ya en 1596, los exploradores citaron con relatos de enfermedades horribles resultantes del consumo de hígado de oso polar. Eso es porque sufrieron de Hipervitaminosis A.
Los síntomas observados dependen de la cantidad de hígado que se consume. Los síntomas generalmente incluyen somnolencia, lentitud, irritabilidad, dolor de cabeza intenso, dolor de huesos, visión borrosa y vómitos.
Pero los síntomas más aterradores son la descamación de la piel; algunos relatos han reportado casos de pérdida total de la piel del cuerpo. Los peores casos terminaron en daño hepático, hemorragia, coma y finalmente la muerte.
No es una forma agradable de morir.
