¿Por qué comemos tanto cuando está alto?

Larga historia corta.
La investigación publicada en Nature Neuroscience revela nueva información sobre lo que la marihuana le hace al cerebro y, específicamente, a su apetito. El ingrediente principal de la marihuana, el tetrahidrocannabinol (THC), se dirige a los bulbos olfatorios del cerebro, entre otras cosas, y en realidad te hace oler y saborear más de lo normal. Estos sentidos intensificados estimulan tu apetito.
Al menos, así es como funciona en ratones. Para el experimento, el equipo de investigación alimentó a un grupo de ratones con THC y luego los expuso a los aceites de plátano y almendra. Una vez que estuvieron altos, los ratones pasaron más tiempo oliendo los aceites que el grupo de control que no recibió THC. Los ratones que recibieron THC también comieron más. También probaron el experimento en ratones que habían sido diseñados genéticamente para carecer del receptor cannabinoide en cuestión, y el THC no tuvo efecto en esos ratones.
Los científicos creen que el mismo proceso está en juego en los humanos que fuman marihuana. Los receptores específicos en juego son parte del sistema endocannabinoide del cerebro que controla las emociones, la sensibilidad al dolor, la memoria y el apetito, aunque la marihuana también afecta otras partes del cerebro. Esta nueva investigación es similar a un estudio de 2005 que analizó receptores similares en el hipotálamo que también estimuló el hambre, y los científicos creen que el efecto de la marihuana en los niveles de dopamina también podría desempeñar un papel.
Hablando de dopamina, es importante recordar que la marihuana tiene una gran cantidad de efectos en el cuerpo, muchos de los cuales los científicos todavía están tratando de descubrir. El apetito es particularmente prometedor cuando se trata de usos clínicos, ya que la marihuana ha demostrado su eficacia para ayudar a personas como los pacientes con cáncer a recuperar el apetito durante el tratamiento. Los científicos tienen la esperanza de que este nuevo descubrimiento conduzca a más investigación clínica. Si nada más, te dejará un poco menos curioso acerca de todas esas latas de Pringles debajo de tu sofá