¿Qué tan grande es el peligro de una escasez de chocolate?

Como fabricante de chocolate, seguía haciéndome esa pregunta, así que tuve que cavar para averiguar de dónde venía. De hecho, sigo preguntándome esto incluso cuando el mercado ahora está lidiando con precios históricamente bajos debido a un exceso de producción.

La producción mundial es de alrededor de 4 millones de toneladas, después de alcanzar los 3 millones de toneladas a mediados de los 90. Cualquier reportero que suene la alarma sobre un desequilibrio de 70,000 toneladas no está ayudando a los lectores a entender su mundo.

Con India y China consumiendo más, podemos esperar que el consumo mundial aumente a 5 millones de toneladas en los próximos 10-20 años. En ese momento, la mayoría de los agricultores de África occidental habrán dejado de cultivar; la mediana de edad actualmente es superior a 50 años y los jóvenes no quieren cultivar cacao porque no es lo suficientemente lucrativo. Prefieren ir a la ciudad, míos (ilegalmente) por oro o plantar palma.

Hay dos direcciones en las que la industria del chocolate puede entrar en este punto. Una de ellas es presionar por variedades resistentes a enfermedades y de alto rendimiento, como el infame CCN-51, que se describe como la degustación de uñas oxidadas y ácido de batería. Puede manejar fertilizantes y produce más rápido que las variedades más viejas. Produce hasta cuatro veces más que las variedades convencionales.

Los grandes actores industriales citados en los informes de noticias compran CCN-51. Sospecho que algunos de ellos se benefician del pánico ya que pocos están prestando atención a esta reducción de los estándares de calidad.

Los fabricantes más pequeños (descargo de responsabilidad: eso me incluye) preferirían comprar frijoles de “sabor fino”. Algunos de los varietales más antiguos son probados genéticamente e inventariados como reliquias por el Proyecto Heirloom Cacao. Trágicamente, muchos agricultores están cortando esos árboles para plantar CCN-51.

El quid pro quo debería ser obvio. La segunda forma en que tenemos que garantizar un suministro constante de cacao es simplemente que los fabricantes de chocolate paguen más por el cacao. Podríamos terminar con menos agricultores de cacao, que necesiten más conocimientos y habilidades y que les paguen de manera justa por su trabajo, pero que deberíamos poder hacerlo conservando un rico patrimonio genético y la fuente del gran sabor del chocolate.