Es bastante común. En los días previos a las microondas solíamos hervir la leche en una sartén. Siempre solía esperar a que la leche subiera por la sartén antes de quitarla del fuego para que no se escupiera en todas partes mientras se vertía la leche. La leche se vierte en la taza y el café instantáneo se agita en ella. Piense en ello como café con leche hecho con café instantáneo.
Encuentro que todo lo que se habla de la leche se está echando a perder cuando se calienta es una tontería. Solíamos hervir la leche y no alteraba el sabor cuando se agregaba el café, aunque la leche hervida (o incluso calentada) es bastante desagradable.
En estos días, cuando pido café con leche en una cafetería, siempre pido que la leche se caliente a 190 grados. De vez en cuando recibo argumentos de personas que dicen que la leche se quemará, ¡no, no es así! (Por cierto, todavía termino mi café antes que mi esposo, que tiene el suyo a la temperatura tibia “normal”).