Los estudios han demostrado que las personas comen más en el invierno (alrededor de 200 calorías por día), pero realmente no sabemos por qué. Algunos de los motivos sugeridos son:
- Algo atávico que quiere que nos preparemos para el frío
- Oportunidad: simplemente hay más y más comida disponible después de la cosecha. Además, hay varias fiestas festivas durante el invierno.
- Una reacción emocional a quedarse hasta más tarde en la oscuridad que nuestros antepasados.
- Una reacción emocional al frío que nos lleva a buscar comida “reconfortante” que sea más rica en calorías y menos saciante.