Porque los activistas antinucleares han logrado demonizar la palabra “irradiado”. La gente no tiene ni idea de qué es la radiación, cómo se creó, qué hace, cómo afecta y no afecta a los organismos.
Hemos logrado inculcar la combinación perfecta de ignorancia ciega y odio instintivo a la irradiación de alimentos como método de conservación en casi tres generaciones de personas.
Puedo discrepar con los objetivos de los activistas antinucleares y sus tácticas, ¡pero no puedo criticar su efectividad!