El primer viaje al estanque terminaría en lágrimas. Por no hablar de un pato madre traumatizado, ya que cada uno de sus “hijos” se deslizó bajo la superficie, para no ser visto nunca más.
De acuerdo, estoy bromeando (y siendo un poco dramático). Los polluelos pueden (aparentemente) nadar con solo un poco más de esfuerzo que un pato.