Siempre se trata de oxígeno y temperatura. Una botella de vino blanco sin abrir durará más si se almacena sin perturbar en un lugar oscuro a una temperatura que oscila entre 8ºC y 15ºC.
Cosas que afectan el vino negativamente: temblores constantes (como en el transporte, por ejemplo); Luz solar directa; temperatura (demasiado caliente o muy fría). Almacenar vino blanco en el refrigerador por un período prolongado (meses) también lo dañará.
Una vez que abre la botella, el vino durará solo unas pocas horas, ya que el oxígeno interactúa con el vino y comienza a robar su aroma y sabor, transformándolo gradualmente en vinagre.
Si toma media botella y desea descansar el día posterior, el mejor procedimiento es cerrar la botella con una tapa de goma especial (disponible en tiendas especializadas) y una bomba de vacío (para extraer el oxígeno). No lo ponga en la nevera, ya que esto acelera la oxigenación (que ya comenzó cuando abrió la botella). Por el contrario, mantenlo a temperatura ambiente y enfría antes de servir.