¿A qué sabe una alcachofa de Jerusalén?

La alcachofa de Jerusalén es una rareza con seguridad. Parece un cruce entre una raíz de jengibre y una patata. Cuando lo levantas, hay bastante suciedad en las raíces, pero es fácil de lavar. La primera vez que los probé de mi jardín, los cocí como una papa, con la piel puesta. Sabían como una patata a la nuez. También intenté cortar en rodajas finas con una mandolina y freír en aceite de canola. Las “patatas fritas” eran muy sabrosas, pero solo se recomiendan unas pocas a la vez, ya que pueden causar cierto malestar estomacal y flatulencia.

Se parecen un poco a las grandes rodajas de jengibre, y saben ligeramente a nuez, y sabrosas como un cruce entre un corazón de alcachofa y la mejor patata que hayas probado.