Las bacterias prosperan en el tejido orgánico. En los animales, tanto vivos como muertos, las bacterias ayudan a descomponer las células muertas y devolverlas a la tierra, según el ciclo de la naturaleza. Cuando un animal está vivo, el sistema inmune impide que las bacterias crezcan demasiado y mata las células vivas.
Sin embargo, cuando un animal muere, las células también mueren. El sistema inmune ya no está activo y las bacterias pueden crecer sin resistencia y causar deterioro. La congelación de carne inhibe el crecimiento de bacterias, por lo que utilizamos congeladores para almacenar carne a largo plazo.
