No es terriblemente inusual, pero igualmente, no es “normal”. Hay algunas personas para quienes la sensibilidad al sonido es un problema real que engendra emociones reales y perturbadoras. Esto se conoce como hiperacusia, y la subdivisión de eso, misofonía, que es una aversión extrema de ciertos sonidos.
La buena noticia es que se puede gestionar y superar, sin golpear a la gente. Bien, escuchar a un compañero de trabajo crujir una manzana podría no convertirse en tu sonido favorito, pero podrás lidiar con eso con calma.
Hay más información sobre hiperacusia en www.tinnitus.org.uk/hyperacusis, o le sugiero que hable con un audiólogo o un oyente con experiencia en la enfermedad.