Han pasado casi 40 años desde que salieron mis llaves. Recuerdo que comer fue un poco más agradable porque las cosas ya no se estancaban en ellas. Ya no se frotaban en el interior de mi labio, por lo que fue una gran ventaja, tampoco.
Una cosa que aprendí, después de que me salieron los frenos, es que me hubiera gustado prestarle atención: siempre use su retenedor. Siga el horario que el ortodoncista le indique. Si no lo usa, sus dientes se desalinean.
Los asistentes solo me dijeron que lo use, no por qué. Sin una razón por la cual, no lo usé.