Actualmente, la conservación de la leche es mediante calentamiento a alta temperatura y un cambio drástico a la refrigeración, donde se denomina pasteurización, esterilización y UHT dependiendo de su temperatura y tiempo de acción.
Pero hay otro método que prevalecía en la antigüedad que era la adición de arroz con leche.
La razón fue: el arrozal contenía peróxido de hidrógeno (H2O2) que activa la enzima lactoperoxidasa inherente que conserva la leche normalmente distinta del enfriamiento.