El problema es que es un mercado libre, pero también es un oligopolio no competitivo. Los procesadores de alimentos que convierten las materias primas en productos de valor agregado son los que están obteniendo ganancias considerables, al igual que los minoristas, dejando a los productores reales al capricho del comercio de futuros y la demanda fluctuante entre relativamente pocos compradores.
Además, la agricultura a menudo está regulada inadvertidamente por leyes suburbanas / urbanas y leyes industriales, y con menos del uno por ciento de la población involucrada en toda la industria, hay muy pocas opiniones que puedan tener en el proceso legislativo.
