Si quieres una respuesta más extensa, puedes consultar una publicación que acabo de escribir (http://blog.foundersnetwork.com/…).
La versión más corta es que el vino nació como un producto de lujo hecho para entendidos y expertos, personas que saben mucho sobre el vino y se preocupan por sus matices. El consumidor de vino cambió drásticamente en los últimos 20-30 años, pero la industria ha sido incapaz de responder al nuevo bebedor casual que no sabe mucho sobre el vino y solo se preocupa por beber vino fino por poco dinero.
Creen que te importan sus micro marcas, viñas viejas, súper reservas y notas para afeitarse los lápices. Por lo tanto, obtienes 250 mil nuevos vinos que ingresan al mercado cada año. Es absurdo y duele tanto al consumidor como a los enólogos. La industria necesita una consolidación masiva y una estructura de marca mucho más simple. Creo que eso sucederá más temprano que tarde porque cada vez más gente me dice lo mismo “Solo quiero beber buen vino sin romper mi billetera”. Estoy trabajando para ayudar a que eso suceda 🙂