Bueno, no, no, no lo hicieron. Los colonos británicos del siglo XVII siguieron los estatutos para el manejo de madera que fueron establecidos por las colonias en que vivían. Según el artículo “Política ambiental en América temprana: una encuesta de estatutos coloniales” por Yasuhide Kawashima y Ruth Tone, las leyes relacionadas con la regulación del enmendado fueron algunas de las primeras en establecerse en las colonias (169). *
El mito del granjero independiente con su hijo y esposa solidaria está vivo en los Estados Unidos, pero la realidad -particularmente en la época colonial de Nueva Inglaterra- revela pequeñas aldeas organizadas industrialmente con numerosas industrias artesanales prósperas y legislación que requería servicio para proyectos como limpiar campos y bosques. Libros como Kenneth Lockridge’s A New England Town: The First Hundred Years sirven para desacreditar algunos de los mitos de la época colonial.
La realidad es que los bosques de los estados de Nueva Inglaterra fueron lentamente despejados y colonizados por personas que estaban acostumbradas a la legislación y al manejo de la madera (por ejemplo, el rebrote y la carbonización) con el fin de lidiar con la escasez de madera. Estoy seguro de que hubo embriagadores años de madera no regulada, pero el registro legislativo indica que la gestión de los recursos madereros se convirtió rápidamente en una prioridad.
El manejo forestal en el siglo XVII incluía la designación de ciertas maderas para mástiles y barcos (América todavía era una colonia y los colonos no tenían plena autonomía sobre sus propiedades), y otras maderas para tablones de madera, madera aserrada y almacenes. Todavía otras prácticas forestales incluían la limpieza del sotobosque (los agricultores fueron penalizados por permitir que el agracejo o las zarzas crezcan sin control). Kawashima y Tone escribieron sobre el uso por parte de los colonos de los métodos de tala y quema de nativos americanos para despejar la maleza en los bosques y en algunos casos para despejar grandes extensiones de tierra para plantar (tenga en cuenta, sin embargo, que las granjas considerablemente más pequeño que las CAFO de hoy). Los escritores señalan que “… con el tiempo, el uso generalizado del fuego llamó la atención de las autoridades coloniales, que consideraban el uso descuidado como socialmente peligroso” (172). Eventualmente las colonias prohibieron o limitaron la quema a ciertas estaciones.
Las herramientas utilizadas por las pandillas de tala y desbroce incluyen hachas, peavey, cadenas, cabrestantes, grúas, carretones, pickaroons, carros, canales (para flotar grandes troncos a molinos), tenazas, anzuelos, azuelas, sierras, etc.
* Kawashima, Yasuhide y Ruth Tone. “Política ambiental en América temprana: una encuesta de estatutos coloniales”. Revista de Historia Forestal. v. 27 n. 4. oct. De 1983, Pp 168-179. http://www.jstor.org/stable/4004898.