Ácido, como una manzana.
Dulce, como una fresa.
Jugoso, como una ciruela.
Rojo, como una cereza. Incluso si nunca ha probado un tomate antes, y tiene los ojos vendados cuando prueba uno, podrá probar que debe ser rojo.
Un toque de carne umami con tocino, una especie de riqueza y solidez de sabor que no encontrarás en ninguna de esas frutas más dulces.