Todas las matanzas judías e islámicas pagan para tener cada carcasa certificada como halal / kosher, además de los costos civiles para tener los productos resultantes certificados como aptos para el consumo humano / animal (sellos oficiales) en gran parte del mundo.
Esto se suma a los costos de tener un matadero certificado como un lugar adecuado de sacrificio, y la certificación / licencia del personal.