El proceso por el cual las vacas y otros rumiantes digieren y asimilan el pasto y las hojas es largo y complejo. El funcionamiento del canal alimentario de una vaca es mucho más complicado y complejo que el estómago y los intestinos. El “verde” en el pasto es principalmente clorofila, que se rompe muy rápidamente, junto con la estructura de celulosa del pasto. Las grasas, minerales, polipéptidos, aminoácidos, azúcares y una gran cantidad de oligoelementos se absorben a lo largo del intestino de la vaca, circulan en la sangre y otros fluidos, se metabolizan en el hígado y se usan o almacenan en toda la canal.
La leche no contiene clorofila (así que no tiene color verde) pero es una emulsión y una solución de grasas, proteínas y minerales en el agua, dando una apariencia blanca, aunque durante ciertas temporadas, si el animal se está alimentando de hierba exuberante fresca, la crema y especialmente la mantequilla puede adquirir un tono ligeramente más dorado, como resultado del beta caroteno del pasto.