Para servir la temperatura, entre 55-63 ° F, dependiendo de qué tan ácido es el riesling. Cuanto más ácido tiene el vino, más cálido puede servirlo.
Un ácido más bajo combinado con temperaturas más cálidas puede conducir a una sensación de flacidez en el paladar.
Obviamente, este es un tema subjetivo y mi experiencia se limita a algunos riesgos alemanes y algunos ejemplos del mundo nuevo.
En caso de duda, pruebe su Riesling en particular a diferentes temperaturas y sirva a la temperatura que más le guste.