Sí, puedes comer pollo felizmente mientras estás embarazada, pero de una manera saludable.
El pollo es una rica fuente de proteínas, vitaminas y minerales. Sus altos valores nutricionales y amnioácidos esenciales hacen que incluso los médicos lo recomienden a las mujeres embarazadas. El pollo es bajo en grasa y no causa obesidad (un beneficio más). La pechuga de pollo magra tiene los niveles más bajos de grasa y es rica en ácidos grasos. Además, el hígado de pollo contiene foliate y hierro, que es útil para las futuras mamás.
Aunque el pollo es saludable durante el embarazo, hay ciertas medidas a seguir antes de consumir,
- Es mejor consumir pollo sin piel, a fin de reducir el contenido de grasa.
- Tenga cuidado al seleccionar el pollo, asegúrese de que el pollo esté fresco y bien cocido y comido fresco.
- El pollo recalentado es un gran no-no durante el embarazo.
- Está bien que una mujer embarazada consuma hasta 100 gramos de pollo por día.