Como muchas personas, no me gusta mucho el sabor de la carne de órganos, aunque he aprendido a adaptarme a ella con el tiempo. Para mí, las formas más fáciles de comerlo son las siguientes:
- Hígado de bacalao en lata con cebollas troceadas, jengibre encurtido y salsa de vinagre. Encontrado en algunos restaurantes japoneses. Tendrás que experimentar con la salsa de vinagre, pero los demás ingredientes son bastante simples.
- Hígado de vaca salteado con cebolla, ajo, pacanas y reducción balsámica. Para esta receta, sofría algunas cebollas en mantequilla, agregue el ajo una vez que las cebollas son translúcidas, y luego agregue trozos de hígado picados y nueces. Una vez que el hígado esté casi listo (ya no queda rosado afuera), agregue un poco de vinagre balsámico y cocine por 30 segundos más mientras se carameliza. ¡Hecho!
- Agregue trozos de hígado a las papas fritas y cubra con queso pepper jack.
- Pinchos de hígado de pollo.
- Varias salchichas alemanas como liverwurst y braunschweiger en galletas o sándwiches.
- Piezas pequeñas en chile o hamburguesas.
Nota sobre nutrición : Realmente no necesita carnes de órganos más de una o dos veces por semana. Lo mejor es evitar una frecuencia más alta que esta para no comer en exceso de cobre o vitamina A.