Son bebidas, no son drogas que tienen efectos secundarios, aunque la información recientemente publicada nos hace creer que tienen propiedades insecticidas, lo que las hace inadecuadas para el consumo. Pero, cualquier bebida para el caso, no se prueba en animales para verificar los efectos, sino que se prueba el sabor y se estudia su popularidad y otras posibilidades. Las empresas no tienden a probar en animales ya que su preferencia es el efecto de la bebida en el gusto humano y su probabilidad de volver a comprarlo, en lugar de los efectos del alcohol en el cuerpo del individuo que lo consume. Sin embargo, el reciente aumento en las demandas contra los fabricantes de bebidas ha provocado un cambio y están siendo cautelosos con los productos químicos involucrados en la bebida.