Lo dudo. Cuando una persona es adicta a algo, especialmente psicológico, es muy difícil romper el hábito.
La parte más difícil es que parece que la adicción a la comida no se trata como una adicción “real”.
Hablar personalmente de conocer a alguien obsesionado con la comida es una verdadera adicción que no se derrota fácilmente, y mucho menos con un cambio de color.
¡Si tan sólo fuera tan simple!