Una escala bastante típica es:
- Seco
- Medio seco
- Medio dulce
- Dulce
El factor clave en esta escala es la cantidad de azúcar residual en el vino. Otro factor importante es la acidez del vino, ya que una buena dosis de acidez puede compensar un poco de dulzura.
Los vinos secos generalmente tienen menos de 10 gramos por litro de azúcar residual. Seco medio hasta 20-25 gramos, medio dulce tal vez hasta 35-40 gramos y todo lo anterior es dulce. (Estos números son pautas generales).
La mayoría de los vinos de mesa tienden a ser secos o medio secos. Los dulces y dulces medios son típicamente aperitivos o vinos de postre, aunque se puede servir un Sauternes dulce con, por ejemplo, foie gras.
Como se mencionó anteriormente, la acidez juega un papel en la dulzura percibida. Un Riesling medio seco y crujiente con buenos ácidos puede parecer menos dulce que un Semillón ligero con menos azúcar real.
Así que no mires solo los niveles de azúcar, sino que confíes en tu paladar.
