Porque son perros, no humanos. No discriminan sobre la base de la longitud de la ropa.
Ellos saben la diferencia entre una cosa muerta y una viviente. Y lo que es más importante, no atacan a los humanos por comida, lo hacen porque los provocamos hiriéndolos innecesariamente o invadiendo sus territorios.
Así que la próxima vez que veas a un perro moviendo la cola mientras te pones los pantalones cortos, recuerda que lo hace porque quiere una palmadita en la espalda o un regalo, no tu pierna.
¡Paz y amor!