Depende. Una tortilla francesa, que no debería necesitar el prefijo “francés” por ser la “original” y la madre de todas ellas, se define claramente como que no contiene nada más que huevo. Esa es una función de su preparación: al dejar parte de la escoria del huevo, crearías un desastre si le agregaras leche.
Otras preparaciones como las tortillas españolas o alemanas (una de ellas es el famoso “Bauernfrühstück”, “Desayuno del granjero” que también contiene cebollas salteadas, patatas, jamón, champiñones y a veces tomates) no sufrirán la adición de crema ni leche . Para evitar que se cuaje mientras se agrega textura y sabor, también se puede batir en un poco de crema fresca.
Como con todos los platos de huevo, “correcto” es una cuestión de tradición, apego y dogma. En algunos casos, como la preparación francesa más líquida, la leche es una mala idea porque hace que el plato esté húmedo, en otros es una cuestión de gusto.
Una cosa que sugeriría, sin embargo, es probar ambos enfoques y ver cuál te gusta más. Algunas personas no les gusta la dulzura de la leche en sus huevos, otros piensan que es lo mejor que hay.