No sé acerca de los enfoques cuantitativos, pero hay al menos 4 factores en juego aquí: la temperatura, la relación hoja-agua, la longitud del brebaje y el tipo de té.
Las hojas rotas y más pequeñas se infunden más rápido, al igual que las proporciones más altas de hojas y agua (con dos bolsas), y las temperaturas más altas aceleran las infusiones también. La longitud del brebaje aumenta la fuerza de la infusión.
Entonces, mantener todo lo demás constante, agregar una bolsa de té más llevará a una infusión más rápida para alcanzar una concentración particular. Tenga en cuenta, sin embargo, que esta relación no es tan simple. Concentraciones muy altas también cambian el sabor de la “cerveza fuerte”. La infusión no es solo una versión ampliada de lo que hubieras obtenido con menos hojas, puede ser un perfil de sabor diferente.
El arte de jugar con estos 4 factores para extraer diferentes tipos de perfiles de sabor para diferentes hojas de té se practica en Japón como “Chado” y en China / Taiwán / Hong Kong / Sudeste asiático como “Té de Kung Fu” (¿Cuáles son los orígenes y funciones? de té de kung fu?). Otras culturas del té tienen sus propias “reglas” y mejores prácticas, pero ninguna tan desarrollada como las dos mencionadas anteriormente.