¿Desde qué perspectiva?
Desde la perspectiva del consumidor, creo que es el gran volumen de opciones con información limitada sobre qué elegir. El vino es muy subjetivo y me puede gustar algo que un amigo odia: como consumidor, cuando entro en una tienda de vinos, puede ser difícil saber si me gustará o no un vino. Además, muchas personas que trabajan en la industria están más interesadas en presumir que en ser útiles.
Desde la perspectiva de la bodega o el proveedor de vino, la estructura de la industria es frustrante. Todo debe fluir a través del distribuidor y no siempre le facilitarán la venta de su vino.
Desde el punto de vista de un distribuidor, supongo que es muy frustrante tener que vender según las cuotas y que es difícil acceder a sus clientes (porque no tienen tiempo para ver a todos). También debe ser difícil tratar con personas que compran en función de puntajes de vino y que constantemente se les pida que descontinúen el producto.