A veces los problemas se pueden entender tomando el caso más extremo.
Río de Janeiro es el ejemplo más extremo de todos los restaurantes de hoteles de 5 estrellas que atienden principalmente a negocios externos. El más extremo es el Rio Sheraton y el menos el Copacabana Palace.
La razón principal es que el 90% del turismo en Río es un paquete. El hotel ya ha sido pagado, por lo que dan a los invitados por sentado.
La razón secundaria es que en Brasil el gerente del restaurante quiere congraciarse con la élite social y empresarial local. Los restaurantes en la mayoría de los hoteles resort en Río son clubes de campo virtuales para los lugareños. Esto también es obvio en Tahití.
En Tahití y Río hay muy pocos negocios recurrentes en el hotel, no es como si la gente de Los Ángeles fuera a Las Vegas o comprara en Nueva York. Los huéspedes del hotel son efímeros y la élite local es real.
La única pequeña excepción a este patrón fueron los tiempos en que los hombres de negocios estadounidenses o japoneses eran una parte importante del negocio hotelero. El restaurante tendría menús completos y, a veces, restaurantes para ellos.
