En mi caso, lo he usado mucho. Mis viajes a hoteles han sido principalmente para convenciones profesionales. Cuando vas a uno, te tocan con mucha información (con suerte) útil que deseas seguir y estudiar. Esto impide “salir en la ciudad”.
He tenido la suerte de haberme alojado en buenos hoteles y centros de convenciones que ofrecen opciones de menú y comida bastante buena. No estoy seguro de haber aprovechado la oportunidad si se tratara de un hotel de tarifas más bajas, por temor a una intoxicación alimentaria, o simplemente por un factor “malo”.
Valió la pena para mí pedir el servicio a la habitación, porque podía quedarme en mi habitación, lejos de las grandes multitudes, y leer e investigar lo que quería, sin la interrupción y la distracción.