Práctica.
La empresa para la que trabajo capacita a personas que tienen que oler y degustar alimentos extensamente para que aprendan cómo reconocer ciertos sabores principales (especialmente las hierbas y especias que vendemos). Con suficiente repetición, su lengua, nariz y cerebro comenzarán a trabajar juntos para reconocer las cosas que está comiendo.
Conocer el tipo de plato que está comiendo y qué ingredientes probablemente se hayan usado ayuda también a reducir todos los gustos posibles.