Cualquier queso (medio) duro y envejecido no contiene lactosa, por lo que podría usar gouda holandés o queso Leyden, parmesano o cheddar.
Los quesos blandos, incluidos los de leche de cabra y oveja, sí contienen lactosa. Esos también incluyen requesón, ricotta, mascarpone y mozzarella.