Los diamantes de chocolate no tienen nada que ver con el chocolate. El término se refiere a los diamantes marrones cuyo color proviene principalmente de defectos en la red cristalina de la estructura del diamante (y en ocasiones a las impurezas de níquel o rupturas en la estructura cristalina de la radiación). Hasta hace relativamente poco tiempo, debido a su color y brillo reducido, se consideraban diamantes de “grado industrial” y en gran medida sin valor fuera de las aplicaciones industriales como abrasivos.
Sin embargo, una exitosa campaña de marketing de DeBeers ha elevado los diamantes marrones al nivel de costosas gemas como “diamantes de chocolate”.
Cabe señalar que los diamantes de color marrón que obtienen su color de los defectos de la estructura cristalina pueden hacerse de color claro o incluso incoloros a través de un proceso de recocido térmico.