Si supiera que sus estándares de higiene eran los de la sala de operaciones de un hospital, probablemente sería una reacción exagerada abandonar el restaurante por eso.
Pero si alguna falta de limpieza te hizo sentir incómodo de comer allí, estás perfectamente justificado para salir del restaurante. El negocio existe para servirlo, no al revés.