Si la comida se cocina y se ofrece con amor y devoción, entonces es aceptada por el Señor. Una vez aceptado por el Señor, se “espiritualiza” a fuerza de que el Señor lo acepte. Habiendo sido aceptado, es santificado y cualquiera que lo tome se purificará porque se transforma por contacto con el Señor.
Si se le ofrece comida a alguna otra deidad que no sea el Señor Supremo, estará influenciada por las cualidades de esa deidad.
Debido a que el Señor Supremo es inmaculadamente puro, no habrá contaminación material en Su prasadam. Todo lo que entra en contacto se purifica de inmediato por ese contacto. Como puede comer con su sentido de la vista, su olfato o su oído, no necesita poner la comida en su boca y masticarla para probarla y aceptarla. Incluso si no es tan sabroso, si ha sido preparado y ofrecido amorosamente, entonces Él está más satisfecho que una comida muy sabrosa que no tuvo en cuenta a Él en su preparación.
