He comido mucho más que la mayoría de la gente porque he pasado décadas viajando por todos los Estados Unidos. Como porcentaje, la cantidad de objetos extraños que he encontrado es realmente bastante pequeña. Yo diría menos el uno por ciento.
- He encontrado un cabello un par de veces.
- Una vez encontré una araña muy pequeña.
- Una esquina de un boleto de lotería.
- Una vez una cucaracha.
- Un tornillo muy pequeño.
- Una pequeña pieza de plástico de quién sabe qué.
- El artículo más extraño que encontré ocurrió en una tienda de sandwiches de propiedad privada. Pedí un italiano Hoagie. Ya sabes, el tipo en un largo rollo. Acostado pulcramente en el fondo del rollo, bellamente centrado y cubierto con vestidor, había un bolígrafo Bic. Probablemente tenía siete pulgadas de largo. Toda la carne, el queso y las verduras se apilaron encima. Me sorprendió que alguien pudiera hacer un emparedado sin darse cuenta.
Le di un mordisco al final del sándwich y lo aplasté sin dañar mis dientes. Llamé al gerente que resultó ser el propietario y lo señalé.
Inmediatamente me devolvió el dinero y me ofreció personalmente hacerme un sándwich nuevo que rechacé. Resultó que el chico que hizo el sandwich era su hijo. Cuando salía del restaurante, ¡estaba teniendo un mal día!