Es imposible saberlo con certeza, pero hay algunas pistas.
1) Color del vino: el vino debe exhibir una claridad de color cuando se enciende una luz a través de él, sin ningún tipo de nubosidad. Si está nublado, el vino está cocido y no se puede beber.
2) Posición del corcho: el corcho debe estar en la parte superior o debajo de la botella. Los corchos deprimidos son comunes y generalmente no demasiado de los que preocuparse. Los corchos elevados generalmente indican serios problemas de almacenamiento
3) Ullage: el nivel del vino en la botella debe ser razonablemente alto; cuello base o más alto para cualquier vino menor de 20 años, hombro alto a cuello bajo para cualquier vino menor de 40 años. Más viejo que 4o años es un crapshoot.
4) Estado de la etiqueta: una etiqueta deficiente, especialmente si está descolorida, puede indicar que se almacenó en condiciones de poca luz, lo que puede significar que está cocida.
5) Reputación del vendedor e inspección visual de las condiciones de almacenamiento actuales.
Estos son aproximadamente en orden de importancia. Si está comprando un vino caro, debería estar marcando todos estos cuadros.