Estoy en desacuerdo.
Mientras que la comida puede convertirse en una especie de adicción debido a algunas condiciones psicológicas, no es adictiva por sí misma, como lo es el tabaco. Si alguien se daña con demasiada comida, no le quita la comida, de lo contrario morirán; los tratará a ellos y su relación con la comida.
Lo que me lleva a mi segundo punto: la comida en sí misma no es peligrosa ni dañina, ni siquiera la dona de tocino frita más cargada de grasa y llena de azúcar. Lo que es perjudicial son los malos hábitos, como comer en exceso constantemente y no variar la dieta lo suficiente, lo cual puede desalentarse y abordarse, pero no se puede prohibir de ninguna manera.
Entonces no, no prohibiría la publicidad de alimentos. En su lugar, promovería la enseñanza de hábitos alimenticios saludables.