Abrir un restaurante en cualquier lugar es un verdadero desafío, es un mercado competitivo y es uno de esos tipos de negocios que todos sienten que son capaces de hacer. La verdad es que este negocio es complejo, no solo por la inversión, sino también por su trato con los empleados, el servicio, la calidad y la limpieza, los impulsores de este negocio y puede ser muy desafiante y complejo.
Tienes que decidir qué diferenciará a tu restaurante de tu competencia y debes darte cuenta de que no son otros restaurantes contra los que compites, sino también supermercados que venden comida preparada. También necesita tener un historial financiero bastante sólido y comprender conceptos como el flujo de caja. Por lo general, la inversión es relativamente alta, incluso si compra equipos de segunda mano o usados. Tienes que lidiar con cuestiones de seguridad alimentaria, control de calidad, control de porciones y la lista sigue y sigue. Esta es la razón por la cual muchos invertirán en una franquicia donde las operaciones son más clave.