Supongo que la preferencia de los Estados Unidos por el agua helada es el resultado de normas culturales más que de hechos científicos. En otras palabras, beber agua fría es solo algo que comenzamos a hacer.
Negocio de hielo
Comenzando alrededor del año 1500, algunos europeos comenzaron a almacenar hielo formado en el invierno para refrescar bebidas y alimentos durante el verano como un símbolo de estatus y riqueza. Cuando la locura de la colonización llegó a Europa, se formaron muchas colonias en lugares como el sur de los Estados Unidos y las Indias Occidentales. Los colonos de estas colonias no estaban acostumbrados al calor y la humedad de sus nuevos ambientes. Como tal, los colonos más ricos comenzaron a importar hielo del norte para su uso durante todo el año.
Cabe señalar que las personas de Oriente prefieren agua caliente. Esta tendencia puede deberse a los diferentes métodos desarrollados por las culturas occidental y oriental para matar las bacterias en el agua potable. Las culturas occidentales mezclaron la cebada germinada con agua y alcohol, mientras que las culturas orientales hervían agua con hojas de té. En la India, el hielo importado se veía en realidad como sucio porque no se había hervido.
Hielo Artificial
Además, era una idea bastante común en los primeros días de América que la enfermedad se propagaba a través del “mal aire”. John Gorrie, un médico de Carolina del Sur, jugó con la idea de hacer circular aire frío a través de las habitaciones de los pacientes. Esto requirió grandes cantidades de hielo y mucho gasto para transportarlo. Finalmente, comenzó a explorar formas de crear hielo artificial, y patentó la primera máquina de hacer hielo.
Por lo tanto, Estados Unidos prácticamente tenía el monopolio del hielo artificial. A medida que la tecnología se desarrolló, se hizo más asequible. Como cualquier bien “de lujo”, a medida que se hizo más asequible, las masas comenzaron a usarlo.
En resumidas cuentas: el agua fría no sacia su sed mejor que el agua tibia o caliente, pero su cultura le ha enseñado a pensar que sí.
