Yo solía tener un horno tostador que sostenía el pan horizontalmente, así que podías ponerle mantequilla en el pan y tostarlo sin que la mantequilla se escurriera. El horno tostador también tenía esta característica clara en la que el elemento se apagaría si abrieras la puerta del horno, pero se volvería a encender si volvías a cerrar la puerta.
Mi compañero (ahora mi esposo) se puso a trabajar antes que yo, y se preparaba el desayuno y me dejaba dormir. Cuando me levantaba detrás de él, solía poner en orden la cocina y preparar un montón de platos.
Una mañana me desperté después de que él se había ido, como de costumbre, entró a la cocina, como de costumbre, y comenzó. Cerré la puerta del horno tostador, recogí los platos del desayuno y empecé a lavar los platos (de pie en el fregadero quería decir que el horno tostador estaba detrás de mí).
A los pocos minutos en los platos, escuché un ruido crujiente detrás de mí, seguido de un silbido. Me giré para ver el humo negro que salía del horno tostador y un pequeño fuego de grasa dentro.
Resulta que mi esposo había seleccionado una rebanada de pan que tenía un gran agujero para burbujas. Cuando la mantequilla se derritió y comenzó a correr por el agujero hacia el elemento inferior del horno tostador, se dio cuenta de su error, abrió la puerta del horno, recuperó la rebanada de pan y se la comió con lo que quedaba de la mantequilla que quedaba encima.
No manches el pan antes de tostarlo.