Cuando celebras los días santos y mencionas a los dioses, eliges compartir con los espíritus y el mundo y los dioses, lo que es bueno y necesario.
En el solsticio de invierno, toma al jabalí y comparte la carne. De esta manera honras a Frey y al comer la carne que Frey ha bendecido y que los granjeros han criado, muestras respeto por la fertilidad, la supervivencia, tus antepasados y los que criaron los cerdos.
Mientras come el cerdo, hace promesas para el nuevo año, cante por la supervivencia de todos y disfrute de la compañía de amigos y familiares. Y mientras compartes tu comida con la casa y los espíritus de la naturaleza que te rodean, haces cumplir tu pacto de convivencia.
En la primavera, eliges algunos de los corderos y los polluelos y los huevos. Es Freya quien trajo el verano e indujo el amor y la lujuria en todos los seres vivos y el cordero y los huevos son la prueba de eso.
Usted toma los brotes tiernos nuevos, la carne sabrosa de carne fina y los huevos frescos y prepara una comida en honor de la primavera. Desde los picos y la carne de cordero y los huevos, tomas parte del amor y la lujuria en la primavera y te preparas para el verano y el sol. Aceptas los dones de los dioses y agradeces al sol por su poder. Y mientras compartes tu comida con la casa y los espíritus de la naturaleza que te rodean, haces cumplir tu pacto de convivencia.
En el verano, enciendes los fuegos durante toda la noche y hasta el amanecer. Usted se deleita con los pocos vegetales listos y las raíces y hojas que ya han pescado creciendo. Desde las playas cálidas y los ríos plateados se reúnen los regalos de Nerthus y Njord. Las hierbas y las flores transportadas por el sol adornan los peces y, mientras cena, agradece a los dioses por la maduración de los campos, el buen tiempo, los bosques fértiles y los ríos y los océanos ricos y abundantes. Y mientras compartes tu comida con la casa y los espíritus de la naturaleza que te rodean, haces cumplir tu pacto de convivencia.
En el otoño honras a Odin. Los paseos oscuros y las tormentas invernales están comenzando. La cosecha debe protegerse y en los días de calma solos sale a disfrutar del último calor del sol.
En nombre de Odin y Sleinpner se sirve carne de caballo. El poder y la agilidad del caballo se convierten en una parte de ti y mientras comes, el caballo se vuelve uno con el dios y tus antepasados mientras compartes la misma comida a través de las generaciones. Y mientras compartes tu comida con la casa y los espíritus de la naturaleza que te rodean, haces cumplir tu pacto de convivencia.
En general, comer carne es lo que nos une en espíritu. Juntos como parientes, junto con el espíritu que nos rodea y más cerca de los dioses que nos cuidan.