La respuesta corta, como lo ha señalado Rudd, es: disolverlos en agua hirviendo.
Si desea mejorar el sabor, cocine a fuego lento con verduras aromáticas (zanahorias, cebollas, apio, champiñones frescos o secos, etc.), hierbas o vino.
También puede cocinar huesos de res o restos de carne en el caldo. Esta podría ser una buena estrategia si tiene poco tiempo o materiales. Si no lo eres, también podrías hacer inventario y prescindir de los cubos.