No soy musulmán, pero sé que un restaurante que tenga un letrero Halal en la ventana me servirá brochetas de cordero limpias, sanas y deliciosas.
No soy judío, pero cuando vuelo siempre especifico una comida kosher. Deben prepararse bajo supervisión rabínica. He comido unos buenos sándwiches de carne en conserva.
Yo respeto ambas creencias. Después de todo, no tiene sentido correr ningún riesgo. Disfruto la comida preparada de una manera cuidadosa y supervisada.