El pan en realidad se vuelve rancio a través de un proceso de “retrogradación”, en el cual el almidón se transpone a una forma cristalina en presencia del agua contenida dentro del pan mismo. El proceso se acelera a temperaturas más frías, como la refrigeración, por lo que el pan almacenado a temperatura ambiente permanece más fresco durante más tiempo que el pan refrigerado.
Las cajas de pan están diseñadas para:
- Mantenga su contenido a temperatura ambiente, prolongando el tiempo de almacenamiento comestible.
- Tenga una tapa lo suficientemente suelta como para permitir el flujo de aire, reduciendo la condensación, lo que ayuda a prevenir la formación de moho.
- Tener una tapa lo suficientemente apretada como para proteger su contenido de los ratones y todas las demás plagas, incluidas las hormigas y las moscas.
El pan comprado en la tienda por lo general tiene conservantes, por lo tanto, ahora, las cajas de pan se usan principalmente para almacenar pan casero y realmente no sirven para ningún otro propósito.