¿Cuál es el objetivo de comercializar un producto como “70% orgánico” u “80% orgánico”? ¿No debería ser todo o nada?

Este podría ser un ejemplo clásico de diferenciación que no se puede entender, o incluso peor, que no tiene importancia para los clientes a los que se propone atender.

La diferenciación debe ser 1) fácil de entender por su público objetivo 2) algo que sea significativo para ellos 3) lo suficientemente importante como para formar un segmento de mercado válido.